El Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores
Sociales (CGCEES) está promoviendo una campaña por una ley de Educación Social.
http://www.eduso.net/noticias/?not=1303
Me gustaría desde mi humilde posición, contribuir a esta
iniciativa. Porque nuestra profesión lo necesita, y en consecuencia también la
sociedad.
Para aquellos y aquellas que oigan hablar de Educación Social
y no sepan bien lo que es, se pueden
tropezar con diferentes definiciones, pero aun así creo
que delimitarla rigurosamente se nos hace difícil a todos. Por eso, yo hablaré
sobre mi experiencia y sobre lo que yo entiendo que la educación social
representa para lo comunitario y lo personal. Y evidentemente, justificaré
porque necesitamos una ley de regularización.
Creo que esta profesión requiere una jurisdicción en
tanto que debería ser un derecho adquirido para todos los habitantes. No sólo
para los que sobreviven en los márgenes de la sociedad y/o aquellos que
consideramos usuarios de los servicios sociales. Nuestra profesión es mucho más
amplia y con un enfoque holístico se pretende interpelar a todo ciudadano para
hacer de este, un mundo más habitable. Por eso la Educación Social debe ser un
derecho igual que la sanidad, instaurado en condiciones favorables en todas las
estructuras públicas que lo precisen.
La ES se acerca a las entrañas de los mundos sociales y
culturales, no con la intención de fiscalizar o rehabilitar, sino de acompañar
procesos subjetivos y mejorar o asegurar cierta calidad de vida. Por eso somos
una profesión importante, porque nos adentramos con respeto en aquellas
turbulencias generadas muchas veces por las desigualdades. Desde nuestra profesión
se propone un lugar legítimo a aquel otro diferente, concediendo un espacio de
concordia y de conexión con la diferencia. Se propone acercarnos a la
diversidad humana desde miradas más cercanas, donde el otro es recibido con
valor. Dando voz a aquellos que han sido desposeídos de la palabra, aquellas
personas que su discurso sólo se ha intentado dominar, callar y controlar.
Así, la educación social adquiere esa capacidad de unir
nexos entre la diversidad sociocultural, la comunidad y las personas, para
fomentar momentos de crecimiento y apoyo en historias de vida subjetivas.
Una ley de regularización también aseguraría que el
colectivo de profesionales cumpla con unas obligaciones en su deber
profesional. Aunque tengamos códigos deontológicos, la ley nos serviría de
referente en cuanto a nuestros deberes y obligaciones. Esto es importante para
seguir ciertas estrategias del acompañamiento social, respetando una línea clara
de transformación e incidencia en lo colectivo y lo político.
Con todo esto, me adjunto a los intereses del CGCEES para
promover esta ley. Para asegurar a todos los ciudadanos y ciudadanas el acceso a
los servicios que podemos ofrecer, y sobre todo que lo avale con unas garantías
de calidad y de líneas pedagógicas y políticas.