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dimecres, 29 de març del 2017

Por una ley de Educación Social

El Consejo General de Colegios de Educadoras y Educadores Sociales (CGCEES) está promoviendo una campaña por una ley de Educación Social. http://www.eduso.net/noticias/?not=1303

Me gustaría desde mi humilde posición, contribuir a esta iniciativa. Porque nuestra profesión lo necesita, y en consecuencia también la sociedad.
Para aquellos y aquellas que oigan hablar de Educación Social y no sepan bien lo que es, se pueden tropezar con diferentes definiciones, pero aun así creo que delimitarla rigurosamente se nos hace difícil a todos. Por eso, yo hablaré sobre mi experiencia y sobre lo que yo entiendo que la educación social representa para lo comunitario y lo personal. Y evidentemente, justificaré porque necesitamos una ley de regularización.

Creo que esta profesión requiere una jurisdicción en tanto que debería ser un derecho adquirido para todos los habitantes. No sólo para los que sobreviven en los márgenes de la sociedad y/o aquellos que consideramos usuarios de los servicios sociales. Nuestra profesión es mucho más amplia y con un enfoque holístico se pretende interpelar a todo ciudadano para hacer de este, un mundo más habitable. Por eso la Educación Social debe ser un derecho igual que la sanidad, instaurado en condiciones favorables en todas las estructuras públicas que lo precisen.

La ES se acerca a las entrañas de los mundos sociales y culturales, no con la intención de fiscalizar o rehabilitar, sino de acompañar procesos subjetivos y mejorar o asegurar cierta calidad de vida. Por eso somos una profesión importante, porque nos adentramos con respeto en aquellas turbulencias generadas muchas veces por las desigualdades. Desde nuestra profesión se propone un lugar legítimo a aquel otro diferente, concediendo un espacio de concordia y de conexión con la diferencia. Se propone acercarnos a la diversidad humana desde miradas más cercanas, donde el otro es recibido con valor. Dando voz a aquellos que han sido desposeídos de la palabra, aquellas personas que su discurso sólo se ha intentado dominar, callar y controlar.

Así, la educación social adquiere esa capacidad de unir nexos entre la diversidad sociocultural, la comunidad y las personas, para fomentar momentos de crecimiento y apoyo en historias de vida subjetivas.

Una ley de regularización también aseguraría que el colectivo de profesionales cumpla con unas obligaciones en su deber profesional. Aunque tengamos códigos deontológicos, la ley nos serviría de referente en cuanto a nuestros deberes y obligaciones. Esto es importante para seguir ciertas estrategias del acompañamiento social, respetando una línea clara de transformación e incidencia en lo colectivo y lo político.

Con todo esto, me adjunto a los intereses del CGCEES para promover esta ley. Para asegurar a todos los ciudadanos y ciudadanas el acceso a los servicios que podemos ofrecer, y sobre todo que lo avale con unas garantías de calidad y de líneas pedagógicas y políticas.

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